HIPOLITO VANEGAS (abril 13 de 1928 - Diciembre 6 de 1985)

Hipólito Vanegas... fue siempre optimista, dramáticamente realista, vivió en la paz de su Dios, en el que tuvo fé, Hipólito Vanegas fué una antorcha que iluminó a generaciones de la provincia, tuvo obstáculos y despertó a los despiertos en la política, en el servicio público, en todos sus momentos. Vivió tiempos duros y eso endureció nuestras virtudes y nos hicimos dignos de él.
Ya se ha dicho que el bien no hace ruido ni el ruido hace bien, Hipólito Vanegas enalteció y fué crítico del desarrollo regional. Un hombre de gran valor, no pasó por la vida de un alma sin dejar un recuerdo hondo, hondo imperecedero.
La casualidad enseña que no hay efecto sin causa, si estrujó la dialéctica de un amigo es porque lo quería, lo que hizo lo hizo con responsabilidad, con seriedad, con altura, fué un condontiero de la provincia y vivió con el corazón adolorido, con el alma apretujada y calló su angustia por la fidelidad de los juramentos.
Hipólito Vanegas estuvo desafiante, erguido, estóico y buscó las aras de la conciliación y esa fue la fortaleza interior, fue un hombre templado y Dios le dió valor y nunca se arrinconó, tuvo fuerza de voluntad.
La familia Vanegas aprendimos normas de conducta y esperamos seguir viviendo bajo las normas de la ley positiva, aprendidas en el seno de hogar cristiano y heredadas a través de generaciones, son las normas de la moral de nuestra conciencia, quienes tenemos estos signos constituye un mérito personal y seguiremos con nuestra parábola: DE PIE COMO LOS ARBOLES aunque este infortunio nos rompa el corazón.

Palabras de despedida pronunciadas por nuestro primo CARLOS VANEGAS